lunes, 24 de febrero de 2014

(...)


Digo “y”, porque parecía que algo había quedado, y sí, había,
y tu amor que asumí infinito me devolvió en recuerdos…
¡y con la boca abierta!, fantasías dormidas en el tiempo,
y desató los lazos que sostenían mis sueños atados,
y me volví loca de ilusión, o más bien de tonta e ilusa,
y te creí como creíste tú en mí en el pasado,
y llegó tu venganza, tu revancha justa y descontrolada,
y me arrastraste hacia ti para mostrarme tu enormes muros,
y los he visto, en treinta lunas, los he visto todos,
y te agradezco el haber vuelto a vestirme con tu voz,
y quitarme a fuerza el bullicio de un sueño sin permisos,
y sí, porque donde hubo fuego cenizas quedan…
y gracias a Dios y el Universo, se las lleva el viento.