No en vano he recorrido la forma de tu cuerpo con dolor,
ni he descubierto en la fuente de tus ojos las mil almas,
que lloran el haberse visto muertas en el eco de tu adiós,
ni por nada he arriesgado mi vuelo rozando el corazón,
ahora veo, que era de verdad el mensaje lo importante,
y que el mío no me lo has traído tu, me lo ha traído Dios,
diciéndome que aquel mensajero de pieles errante,
no ha conocido jamás la verdadera fuente del amor.
ni he descubierto en la fuente de tus ojos las mil almas,
que lloran el haberse visto muertas en el eco de tu adiós,
ni por nada he arriesgado mi vuelo rozando el corazón,
ahora veo, que era de verdad el mensaje lo importante,
y que el mío no me lo has traído tu, me lo ha traído Dios,
diciéndome que aquel mensajero de pieles errante,
no ha conocido jamás la verdadera fuente del amor.