miércoles, 19 de noviembre de 2008

Perdón

Las pesadillas que tus manos me forjaron,
me pesan hoy y me pesarán mañana,
pasó el tiempo pero yo no he olvidado,
el golpe de dolor de tu mirada extraña.

Por qué si tú mismo me lanzaste al mundo,
acabaste con parte de mi futuro sino,
colocando mil muros en mi pasado,
me condenaste a morir sin haber vivido.

Cuando el silencio se hizo parte de tu legado,
buscaste piedad en mi corazón herido,
que se murió sin habernos perdonado,
y sin hallar consuelo en tu llanto inmerecido.